Shantala, masajes para bebés.

El arte de brindar masajes a los bebés o  Shantala, es una técnica
milenaria de origen hindú, y tiene su procedencia en las caricias
espontáneas de las madres hacia los hijos. El médico ginecólogo y
obstetra francés Frederick Leboyer se dedicó a observar la secuencia de
movimientos que la mujer hacía y los exportó al mundo occidental hace
aproximadamente 30 años.

El masaje actúa sobre la dermis, el órgano más extenso del cuerpo humano que  interviene en importantes funciones como la de percibir el medio
externo, encargado de la  termoregulación,  de ser una barrera físicoquímica de
intercambio gaseoso, de protección ante gérmenes y todas aquellas funciones relacionadas al desarrollo sensoriomotriz.

Esta técnica se practica actualmente para fomentar la relación madre/padre-hijo, como un espacio para la transmisión de afecto y de estimulación del desarrollo sensoriomotor del bebé. Todos los niños pueden ser  beneficiados con este tipo de masaje y especialmente, aquellos recien nacidos con bajo peso, ya que se ha demostrado que el masaje ayuda a la ganancia de peso. Se trata de una alternativa natural para aumentar el bienestar en niños sanos y restaurar la salud en niños con algún tipo de afección.

Además de fortalecer el vínculo entre los padres y los hijos, el Shantala otorga los siguientes beneficios:

  • Ayuda a que el bebé crezca sano.
  • Tonifica y fortalece los músculos.
  • Mejora la adaptación e incentiva la inteligencia.
  • Combate el insomnio y las pesadillas.
  • Ayuda a conciliar el sueño.
  • Relaja y ayuda a descansar mejor.
  • Elimina problemas de cólicos.
  • Facilita la maduración del aparato respiratorio y digestivo.
  • Favorece la circulación sanguínea.
  • Estimula y fortalece el sistema inmunitario.
  • Revitaliza, tonifica y nutre la piel.
  • Disminuye la secreción de la hormona del estrés.

¿Cuáles son las condiciones para realizar los masajes?

  • Ambos deben estar relajados y concentrados, es un momento de diálogo.
  • Se recomienda utilizar aceites neutros o leche de almendras para facilitar el deslizamiento de las manos sobre la piel.
  • El bebé debe estar totalmente desnudo.
  • El ambiente debe ser cálido para que el bebé no experimente la sensación de frío.
  • En el verano es recomendable realizarlo al aire libre.
  • El masaje debe hacérselo en un horario que no esté cerca de la alimentación del niño.
  • La mujer debe estar sentada en el piso, espalda derecha, hombros distendidos. Cuanto menos ropa tenga, más libre estará su cuerpo y mejor funcionará.
  • Se recomienda luego de los masajes bañar al bebé: no se trata de limpieza sino de bienestar, de completar la liberación de las últimas tensiones que queden escondidas en el cuerpito del bebé.

Lo más importante de este masaje es la conexión emocional que surge a partir del tacto entre padres e hijos. La sensación de bienestar que este masaje otorga al bebé es tal, que se asemeja al momento en el que se encontraba dentro del vientre materno. Es necesario devolverles esa sensación, capaces de aportar un sentimiento de paz y seguridad. “Esa piel no ha olvidado”. El contacto de la mano humana en el cuerpo del bebé pone en movimiento corrientes neuronales que estimulan el Sistema Nervioso Central (SNC) y si esa mano es, además, la de su mamá, todo es especial.

No queríamos dejar de compartir las palabras del pediatra Frédérique Leboyer, quien nos habla de aquello que está más allá del alimento en sí:

“Ser cargados, acunados, acariciados, tocados, masajeados; cada una de estas cosas es alimento para los niños pequeños. Tan indispensable, si no más, como las vitaminas, sales minerales y proteínas.”

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Tel. móvil(0341) 153786874  | e-mail: karinapicone@gmail.com
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Las clases se llevan a cabo en Espacio Junior – Pueyrredón 1033 1º piso