La Pediatria como disciplina, un poco de historia

¿La pediatría constituye una parte de la medicina encargada de asistir a adultos en miniatura? ¿O se la puede definir como una especialidad de la clínica médica de un período vital del individuo?

Esta pregunta retórica nos lleva a cómo ha sido considerada el niño o la infancia a lo largo de la historia:

En los inicios de la modernidad y anteriormente, durante el fin de la Edad Media,  el niño era considerado un proveedor más de la economía de su casa.

Rastreando documentos antiguos en el Papiro de Ebers, escrito antes del 1400 a.C. se aborda el tema de la lactancia materna. Y el papiro de Westear es considerado en la actualidad como el primer documento sobre temas de Puericultura.

El gran médico persa  Avicena (Ibn Sina) (980-1037 d. C.) en su Canon se ocupó extensamente de las enfermedades infantiles.

Por otro lado, otro dato llamativo es que un niño nacido en Europa en el siglo XV tenía una esperanza de vida cercana a los 30 años.

El nacimiento de la clínica pediátrica como una parte de la asistencia sanitaria, se dará en forma posterior al nacimiento de la clínica propiamente dicha.

Es entre los siglos XVII y XVIII que el grupo etario Infanto-Juvenil empieza a ser tenido en cuenta. Este retraso en la Europa del siglo XVI será aún mayor en la América colonizada, los aztecas, a pesar de contar con médicos, hábiles cirujanos y ortopedistas, nunca se dedicaron a la atención de los niños, labor que dejaron al cuidado de comadronas.

La historia de la pediatría confirma la interpretación que ve el final del siglo XVIII como un punto de inflexión importante en nuestras ideas sobre la niñez. Porque fue precisamente en ese momento cuando aparecieron los primeros tratados de pediatría. En 1764 J. J. Rousseau (1712-1778) publicó El Emilio, obra que marcó un hito en la educación infantil del momento y de generaciones posteriores.

El término Pediatría procede del griego paidos (niño) e iatrea (curación), pero su contenido es mucho mayor que la curación de las enfermedades de los niños, ya que la pediatría estudia tanto al niño sano como al enfermo.

En nuestro país su desarrollo podría fijarse en el inicio de la década del 70 del siglo XIX, momento en el cual la “Sociedad de Beneficencia” presenta  el proyecto para crear un Hospital de Niños en la ciudad de Buenos Aires comenzando a funcionar el mismo el 30 de Abril de 1875. En agosto de 1875 al regreso del Dr. Ricardo Gutiérrez de Francia, asumió la Dirección del nosocomio, cargo que ejerció durante 20 años.

La creciente demanda de asistencia determinó que luego de largas tramitaciones se inaugurará el nuevo Hospital el 30 de diciembre de 1896, en su actual emplazamiento de la calle Gallo 1330. En el curso del siglo XX el Hospital de Niños “Dr. Ricardo Gutiérrez” (Nombre que ostenta desde el año 1936)  representó un hito clave en el desarrollo y consolidación de la medicina infantil de nuestro país.

A nivel local la Sociedad de Pediatría de Rosario (SPR) fue fundada el 2 de abril de 1936. Firmaron el Acta de Fundación los Dres. Camilo Muniagurria, Alejandro Robiolo, Roberto Siquot, Hugo Buffetti, Julio César Santa María y otros.

La pediatría actual, cuyo día se celebra el 20 de octubre con motivo de la fundación de la SAP (Sociedad Argentina de Pediatría) en el año 1911, no es cosa sola de pediatras por ello hablamos de un equipo de salud, compuesto por varios profesionales que de manera transdisciplinaria se esfuerzan en asistir a este grupo etario sobre el cual se sentará la humanidad del futuro. Por esto junto a los médicos hablamos otros saberes que comparten la preocupación por los niños, sus familias y las problemáticas sociales que conllevan en este momento histórico. La Convención de los Derechos del Niño, debe ser la escala que guíe nuestra práctica profesional; en función de conseguir mediante nuestro saber el mejor producto social posible.

Como lo hemos visto en esta reseña, según los tiempos, los enfoques pediátricos han variado. Pero el espíritu de la pediatría, es esa constante de atender al niño y la familia en cualquier tiempo y lugar, con preocupación, responsabilidad y profundo cariño, hacen a su permanencia como práctica médica fundamental de la actualidad.