La alergia es una enfermedad crónica cuya frecuencia ha ido aumentando de manera importante en las últimas 4 décadas y, si bien no se conocen los datos globales de las personas afectadas por esta enfermedad, se calculan que alrededor de 400 millones de personas en el mundo sufren rinitis alérgica y unos 300 millones de asma de origen alérgico. Lamentablemente el aumento de aparición de enfermedad alérgica se ha producido en mayor grado entre los niños en la primera y segunda infancia.
El proceso es provocado por un trastorno del sistema inmunológico, el cual en condiciones normales actúa para defendernos preferentemente contra infecciones y destruir células malignas que se forman diariamente en nuestro organismo, pero en el individuo alérgico funciona de manera incorrecta e identifica como agresores a sustancias normalmente no causan daños.
Dichas sustancias, que en el vocabulario médico se denominan alérgenos, incluyen diversos tipos de alimentos, medicamentos y elementos que están suspendidos en el aire (ácaros, pólenes, hongos de humedad, epitelios de animales). Cuando el individuo alérgico se pone en contacto con los alérgenos se genera un proceso inflamatorio, que según el sitio donde se produce el contacto, aparecen una serie de síntomas que son los que caracterizan a la enfermedad. Los órganos afectados con mayor frecuencia, u órganos blanco, son generalmente tres:
- la piel,
- el aparato respiratorio en cualquier sitio de su extensión desde las conjuntivas hasta los bronquios,
- y el tubo digestivo.
Este compromiso puede darse de forma simultanea en los tres órganos o puede ocurrir que los órganos afectados vayan variando a medida que el individuo crece en lo que se conoce como marcha atópica. Por ello es común ver que los niños pequeños inician sus manifestaciones con síntomas de la piel y/o el tubo digestivo y cuando van creciendo y alcanzan la segunda infancia estos son reemplazados por síntomas respiratorios.
Dado que los órganos comprometidos por la enfermedad son múltiples lo aconsejable es que estos pacientes sean tratados por médicos especialistas en alergia ya que estos son capaces de analizar, diagnosticar y tratar la enfermedad como una entidad global y no de forma separada como puede ocurrir si se acude a especialistas específicos de cada órgano.
En la actualidad se cuentan con tratamientos específicos para la alergia, en el caso de la alergia a los alimentos ya cada vez menos se restringen la ingesta de la sustancia involucrada por ejemplo; y en el tratamiento de las alergias respiratorias, además de los modernos fármacos, contamos con la posibilidad de utilizar inmunoterapia sumamente especifica y purificada con la que se consiguen excelentes resultados sin efectos indeseables trascendentes.
Como corolario podemos decir que la alergia es una enfermedad cada vez más frecuente que puede generar trastornos de diversa gravedad afectando múltiples órganos, pero también que el avance de la medicina nos permite contar con herramientas modernas para su tratamiento.
Pero recuerde, esta es una página que solo brinda información, y es su médico quien está en las mejores condiciones para atenderlo.
Dr. Juan Jose Zatt – Especialista en neumonología, alergia e inmunología.