Litiasis Urinaria

La litiasis renal es una enfermedad crónica caracterizada por la formación de cálculos en el aparato urinario, cuyo tratamiento no consiste unicamente en intervenciones quirúrgicas. Excepto en algunos casos donde entran en juego factores estructurales, morfológicos u otras condiciones médicas claramente predisponentes, la mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno de la absorción o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico, fosfato, etc.), de las sustancias inhibidoras de la formación de los mismos (ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina.  

En algunas ocasiones no es posible saber si dichos trastornos son congénitos o adquiridos, pudiendo la formación de cálculos ser secundaria a más de un trastorno metabólico.

La litiasis reno-ureteral es la tercera afección más frecuente del aparato urinario. Para una expectativa de vida de 70 años se calculan en 15% las probabilidades de desarrollar un cálculo con una frecuencia tres veces mayor en los hombres que en las mujeres.  Aunque se consideran factores de riesgo la existencia de cálculos múltiples (mayor de dos) o de tamaño importante (mayor a  6 mm de diámetro).

Manifestaciones clínicas:

Los hombres son más sintomáticos que las mujeres, en razón 3-4:1. Probablemente existe una herencia litiásica, difícil de poner en evidencia por la coexistencia de numerosos factores intrínsecos, alimenticios y ambientales principalmente.

Aunque no existe ninguna edad, país o grupo étnico protegido contra esta común enfermedad, el pico de incidencia se sitúa entre los 30 y 60 años, en los meses de calor  y en personas con actividades profesionales sedentarias o expuestas al calor.

Las formas de presentación clínica en la litiasis renal son variables dependiendo del tamaño, composición y de su situación de los cálculos en el aparato urinario. Algunos pueden pasar desapercibidos.

Cólico renal: dolor a veces muy intenso que se produce por el taponamiento de la salida de orina del riñón, que aparece en la zona lumbar ó espalda baja y se irradia hacia el abdomen anterior y hacia los genitales. Es un dolor intermitente, inquietante, que se asocia a nauseas, vómitos, sudoración y sensación de hinchazón abdominal. No suele dar fiebre.

Hematuria: es la aparición de sangre en la orina. Puede ser visible a simple vista o no. Se produce por las lesiones que produce el cálculo en su paso por la vía urinaria.

Infecciones de orina: los cálculos renales pueden ser causa o consecuencia de infecciones frecuentes de la orina.

Con los conocimientos actuales se puede alterar la cadena de acontecimientos que acaba en la formación de cálculos, cambiando algunos factores ambientales, como la dieta (hábitos alimentarios) de los pacientes, a quienes se pueden indicar normas comprensivas para cada tipo específico de trastorno litiásico. La mayor parte de los pacientes tienen algún trastorno en la absorción, metabolismo o excreción de los componentes de los cálculos (calcio, ácido oxálico, ácido úrico), de los inhibidores de la formación de cálculos (ácido cítrico y magnesio) o de la acidez (pH) de la orina.

Diagnóstico

Es necesario saber la situación y tamaño de los cálculos, su composición y descartar la existencia de enfermedades que pudieran favorecer la formación de cálculos.

La situación, tamaño y repercusión del cálculo se evalúa mediante ecografía renal, radiografías simples de abdomen y urografía con contraste endovenoso.

    Dependiendo de la composición de los cálculos y de otros factores debe realizarse un estudio metabólico-mineral para descartar cualquier trastorno que pueda suponer la reaparición de los cálculos o la presencia de enfermedades asociadas con ellos.

Tratamiento

El 95% de los cálculos situados en el uréter se expulsan espontáneamente en 3 ó 4 semanas, dependiendo de su tamaño y posición. Cualquier cálculo no expulsado en 1 mes requiere una actuación terapéutica.

En función de una valoración de factores tales como la experiencia y tolerancia del dolor, frecuencia de episodios de cólico, profesión, repercusión sobre la vía urinaria, etc., se tomará la decisión terapéutica más adecuada, que puede incluir una actitud conservadora con tratamiento del dolor o una actitud intervencionista.

Actualmente, 90-95% de los cálculos pueden eliminarse mediante procedimientos poco agresivos, como la litotripcia extracorpórea por ondas de choque (con este método se rompen los cálculos en pequeñas fragmentos que se pueden expulsar más fácilmente con una eficacia del 70 al 90%) o la extracción endoscópica de los cálculos mediante ureteroscopia (a través de los propios conductos urinarios, uretra, vejiga, etc.).

El objetivo del tratamiento médico de la litiasis es prevenir la reaparición de los cálculos. Dejando aparte la corrección de los eventuales excesos de aporte de calcio, fosfato, oxalato y purinas, varias medidas dietéticas generales pueden permitir un mejor control de la enfermedad litiásica, como:

  • El incremento en la ingesta de líquidos, preferentemente agua (la primera y más simple de las medidas para prevenir la enfermedad litiásica),
  • Seguir una dieta no superior a 2.000 Kcal.
  • Disminuir el consumo de sal.
  • Limitando en la alimentación las proteínas animales, los azúcares y el alcohol.

Recuerde

El solo hecho de eliminar los cálculos no es suficiente.

Una vez eliminados el objetivo fundamental es evitar su reaparición.

Fuentes Bibliográficas

Urología General. Donald Smith. Editoria Manuel Moderno

Urología Clínica. Rolando Hereñú. Editorial EL Ateneo.

Guía Pedagógica de Urología. Romano – Bechara

Urología Razonada para estudiantes de medicina y médicos generales. Bengió, Pautasso, Kerkebe, Juaneda. Publicaciones UNC. 2003

Campbell’s Urology. 10 th edition. 2010. Editorial Panamericana

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